Segundo Lago Villar

He tardado en escribir esta entrada.Me costaba. Hace un mes, o quizás dos, falleció mi primo, Segundo. No es por tristeza porque es la ley de la vida. Pero siempre me ha gustado la muerte por generaciones. Es decir, primero los tatarabuelo, luego los abuelos, luego los padres. Así no es traumático. Unos dejamos paso a los otros. Cuando esa cadena se salta o no se cumple, me impacta. Era joven para morir aunque nunca se es demasiado viejo. Pero me dejo "tocado" varios días. El caso es que siguiendo el ejemplo de su padre, mi tío, se desarrollo un funeral festivo. En verdad, ante la muerte solo tienes una opción: maldecirla.Y llorar. Cuando lo mejor es, como mi tío y primo, dar una fiesta y festejar los años que has vivido. Se contaron chiste ( si, chistes), se dio una gran cena, se toco la gaita y se canto. Así lo querían y así se cumplió. Quizás no sea socialmente correcto lo que hacemos, pero es mejor plan que oír al sacerdote rogando por el alma y por su eterno descanso. Asistí al de mi tío y esta distancia emigrada me impidió asistir al de mi primo, pero me puse cantares de gaites, saque mi botella de Legendario y brinde por mi primo Segundo, se que el lo hubiera querido así. Me sentí feliz y acepte la muerte de mi primo.Va por ti amigo, donde quiera que estés.