SOY MUJER

¡SOY MUJER!

Lucia, enfrente del podio del numero uno, esperaba oír su nombre por el altavoz. Aunque sentía el temblor en las piernas, por el esfuerzo realizado, nada podría arruinarle que hoy, ella había sido la mejor del mundo. El himno nacional comenzó a entonar su música a la vez que sus ojos emocionados miraban, desde lo mas alto, a la bandera. No sabe por qué, pero sus pensamientos se volvieron tristes:
“¡Cuantos sacrificios he tenido para llegar aquí! Ya desde niña cambiando los juegos por entrenamientos. Por eso en el colegio me metieron en el grupo social de los “raros”, categoría que aumento en el instituto donde me coronaron reina de los “anormales”, por leer revistas de atletismo y no de chicos como mis compañeras, por comprarme zapatillas de running y no vestiditos. Claro que he tenido amigos e incluso novios, pero el amor no lo conocí, quizás la culpa haya sido mia o de la vida que he decidido tomar. Por ello han dudado de mi feminidad y nadie sabe lo cruel que es tener que demostrar que una es lo que es. ¡ Soy mujer! Mujer aunque físicamente el deporte me haya modelado para sufrir. Porque yo, si sé lo que es sufrir y he visto muchas veces en el espejo la cara de haber llorado de desesperación. Es aquí donde aprendes a sobrevivir, porque yo nunca he vivido, he sobrevivido. Mucha gente me dio la espalda, solo se quedaron los de siempre y mi entrenador que confió en mi, cuatro años más. A pesar que siempre era la eterna promesa, unas veces segunda, otras cuarta y otras ni me clasificaba. Pero yo soy como el mar con esa necedad de las olas de chocar una y otra vez en las rocas...”
Después del himno el silencio reino en el olímpico, Lucia no se había dado cuenta, miro sus pies y pensó:
“ ...he sido huérfana de las mejores emociones de la vida ¿ha merecido la pena?”
La sonrisa le volvió al rostro cuando una voz interior le contesto: “Has estado en el fondo y has subido hasta alcanzar la meta, no hay mayor gloria en la vida que la de alcanzar un sueño”.Levanto su brazo y, entre miles de aplausos, saludo con la alegría que solo los campeones pueden experimentar.